Día y noche
Rossella Matamoros Jiménez (1960)
Día y noche
1990
Grabado en metal, Edición 17/20
Museo de Arte Costarricense
Donación recibida en 2018
Fotografía: Rafael Venegas 2018
2018 - Exposición Nuevas Adquisiciones: 2016-2018 - Museo de Arte Costarricense
En 1989 y ante la mirada de todo el mundo cae el Muro de Berlín, logrando así la unión de una Alemania fragmentada por la Guerra Fría; esta estructura también fue conocida popularmente como el “Muro de la Vergüenza”. Este evento histórico no dejó indiferente a la artista Rossella Matamoros, quién absorbió del estado político y social del momento como inspiración y crítica en su labor artística.
La artista había explorado lo que ella llama “frisos humanos”, conjuntos de figuras alineadas, que había llevado a su gran instalación Montaña Humana de 1986. Estas búsquedas de composiciones largas se le hicieron ideal para representar la situación del Muro de Berlín, pero uno construido por personas y no con concreto. Esta idea fue abordada en varias obras de la artista en los años noventas, el Museo de Arte Costarricense cuenta con una de ellas en un grabado denominado El Muro, en el cual vemos en una representación más cercana al dibujo en carboncillo.
El grabado “Noche y día” presenta una composición muy similar, pero con figuras mucho más definidas, entre las cuales podemos identificar cerca del centro, una figura que probablemente pervivió en la memoria de la artista de la obra “Montaña Humana” tela número 6 (también presente en esta donación), donde una figura extiende los brazos de manera que recuerda a Cristo. Este recurso no es una iconografía religiosa, es una herramienta que utiliza la artista para representar el dolor y el sufrimiento.
Además, si se observa la obra con atención, se pueden identificar mujeres, hombres y niños, una forma en la que Matamoros pone en evidencia que el sufrimiento sufrido en Alemania fue algo que afectó a toda una generación, y que no hizo distinción de género, nacionalidad, ni edad.
Este grabado enriquece enormemente las colecciones del Museo de Arte Costarricense, ya que se vuelve una pieza clave que permite hacer una conexión entre las exploraciones realizadas en los años ochenta y la continuidad de la exploración y búsqueda formal continuada en los años noventa con una nueva fuerza creadora influenciada por la situación mundial de ese momento histórico.
Rafael Venegas, 2018